La sentencia del Juzgado Penal nº 2 de Zaragoza detalla que la mujer sufrió diversas lesiones que le causó un accidente de tráfico en Zaragoza, según ella, y que el causante fue un vehículo desconocido que se dio a la fuga. La mujer presentó una reclamación ante el Consorcio.
Pero el texto de la sentencia indica que como el Consorcio solicitó testigos y en este caso no los había, la acusada se puso de acuerdo con el acusado, al que ya conocía porque consta una relación de amistad anterior en Facebook e incluso que realizaron viajes juntos. El amigo firmó una declaración en la que decía que había visto el accidente, pero no se pudo demostrar porque él en ese momento era policía local de Barbastro (no de Zaragoza); y cuando ocurrió el accidente estaba de servicio en dicha localidad. La consuencia fue que gracias al testimonio del acusado, la mujer cobró 24.172,08 euros.
Sin embargo, unos meses después la acusada presentó otra reclamación similar ante el Consorcio por otro accidente, que en este caso había ocurrido cerca del domicilio del acusado. Esa circunstancia llevó al Consorcio a sospechar, y al realizar sus propias averiguaciones descubrió la relación de amistad existente entre ambos acusados, por lo que denunció a ambos por estafa.