Uno de los momentos históricos más importantes de la capital británica, el gran incendio que destruyó el centro de Londres en la madrugada del 2 de septiembre de 1666 y que comenzó como un pequeño fuego en una panadería en Pudding Lane, ha celebrado su 350 aniversario con un amplio abanico de eventos artísticos y culturales.
Durante tres días, las llamas, avivadas por el viento imperante, se propagaron por la ciudad destruyendo a su paso la mayor parte del centro de la urbe, cuyas casas estaban construidas en madera. Con motivo del evento, la compañía creativa Artichoke ha organizado el festival 'London's Burning', en colaboración con el Gobierno británico, con el que se recuerda con distintos eventos el Gran Incendio, que pudo ser controlado el 5 de septiembre de 1666. Cuando el 6 de septiembre el fuego se extinguió finalmente más de cuatro quintas partes de Londres había quedado destruido.
Los problemas sociales y económicos creados por el desastre fueron abrumadores: el fuego consumió 13.200 casas y 87 iglesias, entre ellas, la muy querida Catedral de San Pablo y aunque sólo se reportaron entre 9 y 16 fallecidos por el incendio, se estima que la verdadera cifra asciende a alrededor de 100.000. A pesar de las radicales propuestas planteadas, Londres fue reconstruida esencialmente en el mismo plano de las antiguas calles utilizado antes del incendio.
Tras el siniestro, se encargó a Sir Christopher Wren la reconstrucción de la ciudad que, según sus planes originales, debía hacerse en ladrillo y piedra en un plano entramado con plazas y avenidas, pero como muchos edificios habían sobrevivido a nivel de su base, las disputas legales acerca de la propiedad de la tierra pusieron fin a la idea de plano entramado. Desde 1667, el Parlamento recaudó fondos para reconstruir Londres al pechar el carbón y eventualmente la ciudad fue reconstruida a su actual plano de calles, pero esta vez fue erigida con ladrillos y piedra y con mejores accesos y sistemas sanitarios, motivo por el cual Londres es actualmente una ciudad moderna, aunque con diseño medieval en sus calles. Wren también reconstruyó la Catedral de San Pablo once años después del Incendio.
En la actualidad, existen dos puntos en concreto que recuerdan el Incendio. Uno es el monumento al Gran Incendio de Londres, una columna de más de 60 metros de altura que da unas preciosas vistas de la ciudad y recuerda el punto donde se inició el incendio; y el otro, el Niño dorado de Pye Corner, que remarca el punto donde terminó.
Nacimiento del seguro contra incendios en el mundo
El fuego destruyó más de 13.000 hogares en una época en la que los seguros no existían. La Corte de Fuego (para resolver problemas derivados del incendio) fue instalada para lidiar con disputas de propiedad y decidir quién debía pagar y lo hizo durante una década después del desastre. El médico Nicholas Barbon aprovechó la oportunidad de negocio y fundó una compañía de Responsabilidad Limitada llamada Fire Office, la Oficina de Incendios, en 1667. Su empresa incluso tuvo su propia brigada de fuego para aquellos que habían comprado el seguro. Los clientes recibían placas para sus hogares, en las que se veía el número de póliza, para que la brigada supiera qué incendios debía apagar.
Diez años después, hacia 1676, se estableció HAMBURGER GENERAL FEUERKASSE, la primera compañía de seguros contra incendios del mundo. Luego abrieron más compañías de seguros, incluyendo SUN FIRE OFFICE, que fue creada en 1710 y es ahora la compañía de seguros más antigua del mundo. James Dalton, de la Asociación de Aseguradores Británicos, dijo: «El Gran Incendio de Londres dio a pie a la industria moderna de seguros que conocemos hoy».
En el resto del mundo, en Estados Unidos se fundó la primera compañía de seguros en 1752; en Holanda en 1771; en Suiza en 1782; en Chile en 1853; y en Argentina en 1865. En 1821 se pacta el primer contrato conocido de reaseguro para el ramo de incendio.