Terremotos, inundaciones, incendios y granizo. En la primera mitad del año, las catástrofes naturales han acumulado pérdidas aseguradas por valor de 30.000 millones de dólares (27.249 millones de euros), en el que es el nivel más alto desde 2011, si bien está un 3% por debajo de la media de los últimos 10 años, cuando las pérdidas fueron por 31.000 millones (28.157 millones de euros). No obstante, sí se registró un aumento de alrededor del 27% respecto a la media del primer semestre de los últimos 16 años, cuando las pérdidas aseguradas sumaban 24.000 millones (21.799 millones de euros), según detalla AON BENFIELD GROUP.
El porcentaje de pérdidas cubiertas por las aseguradoras fue del 30% del coste económico global , ligeramente por encima del promedio de los últimos 10 años, situado en el 28%, principalmente debido a la prevalencia de siniestros en este semestre en Estados Unidos, donde la penetración del seguro es mayor. Este país representa el 47% de las pérdidas globales del mercado asegurador.
Desde la perspectiva de las pérdidas económicas, el terremoto de Japón fue el desastre más costoso en la primer mitad del año (34.000 millones de dólares / 30.890 millones de euros), que comprende el 30% del coste global hasta junio.
En cuanto a pérdidas aseguradas, las tormentas registradas en Estados Unidos fueron el desastre más costoso, alcanzando unos daños asegurados por valor de 12.300 millones (11.172 millones de euros), lo que supone el 42% del total del coste asumido por el sector.
Seis eventos marcan las pérdidas totales del seguro
La región de Asia y el Pacífico fue la segunda en registrar las mayores pérdidas aseguradas, con un 23% de las pérdidas. Europa, Oriente Medio y África fue, por su parte, la tercera región, con un 16%. América del Norte, Central y del Sur, sin contar con EE.UU., registró un 14% de las pérdidas.
A nivel mundial, hubo al menos seis eventos individuales que han supuesto 1.000 millones de dólares (908 millones de euros) asegurados durante la primera mitad del año, cinco de los cuales estaban relacionados con el clima. Además del terremoto de Kumamoto, los incendios forestales canadienses, la tormenta Elvira en Europa y los incendios forestales en Texas también reportaron cada uno pérdidas significativas superiores a los 3.000 millones (2.724 millones de euros).