La Dirección General de Seguros y Pensiones ha enviado un requerimiento a las aseguradoras para que justifiquen que los precios que cobran a los clientes por sus pólizas son suficientes en un entorno económico como el actual de bajos tipos de interés y aumento de la siniestralidad. Las entidades tienen hasta finales del próximo mes de julio para remitir su información individualizada.
«Las tarifas deberán, en todo caso, responder al principio de suficiencia técnica de la prima y ser suficientes para cubrir las obligaciones asumidas por la aseguradora», según el documento, firmado por Flavia Rodríguez Ponga, directora general de Seguros y Pensiones. Añade que «dado el actual contexto de bajos tipos y las indicaciones de los organismos internacionales al respecto, se recomienda a la aseguradora que revise las bases técnicas, hipótesis actuariales e información estadística que aplica» para calcular sus precios.
El requerimiento de información del supervisor, integrado en el Ministerio de Economía, busca también contrastar la adecuación de los precios «a la normativa vigente desde el pasado 1 de enero», señalan fuentes de la dirección general de Seguros. Ese día entró en vigor el nuevo baremo que eleva las indemnizaciones a pagar a las víctimas de accidentes de tráfico y la directiva Solvencia II, lo que supone un coste añadido para el sector de 650 millones de euros.
Desde hace meses, directivos de aseguradoras alertan de la necesidad de reaccionar a tiempo y aplicar una subida de precios, que durante los años de crisis y reducida siniestralidad han bajado con ganas, especialmente en el seguro de coches. El precio de las pólizas de este ramo crecerá este año un 4%, según las previsiones del sector. El aumento para cubrir los costes en el seguro de coches debería ser este año del 8%, según el directivo de una de las grandes aseguradoras de automóviles.
Con ello, las compañías atajarían una complicada situación que deteriora sus márgenes y que ya se ha dejado sentir en su cuenta de resultados. Las compañías recortaron un 28% su beneficio el año pasado, hasta 3.656 millones. Los principales ramos, salvo el de salud redujeron su beneficio. El mayor recorte fue el del seguro de automóviles que cayó un 30% al quedar en 497 millones. Las previsiones para 2016 caminan en la misma dirección de recorte de beneficios.
El resultado de la actividad de seguros se nutre del rendimiento generado por el negocio puro y por los ingresos que obtiene de su cartera de inversiones.
La marcha del negocio se refleja en la ratio combinada que mide el peso de la siniestralidad y los gastos sobre el volumen de primas. El año pasado, el sector sobrepasó la barrera del 100% y llegó al 102,23% (100,8% en 2014), según los datos de Icea. Esto quiere decir que por cada cien euros facturados por primas tuvieron que gastar 102,23, lo que coloca al sector en pérdidas por su negocio.
Una gestión eficiente busca colocar esta ratio lo más por debajo posible del 100% para obtener rentabilidad del negocio, pero los datos evidencian que no todas las entidades lo consiguen. Las previsiones apuntan que el ramo de automóviles cerrará 2015 con una ratio combinada del 106% por el efecto combinado del mayor uso del vehículo y el baremo.
Para equilibrar o mejorar este resultado, las compañías cuentan con los ingresos financieros generados por su cartera de inversiones. Pero aquí las cosas tampoco ayudan.
La caída de los tipos de interés y la volatilidad de los mercados provocó el año pasado un recorte del 8% en estos ingresos que alcanzaron los 9.098 millones de euros.