El informe internacional realizado por AEGON, en el que se analizan 15 países, sitúa al nuestro en el penúltimo puesto (solo por delante de Japón) en el ‘Índice de Preparación de la Jubilación’, con una puntuación de 5 sobre 10. Nuestro país no solo presenta un nivel bajo (lejos de la media de 5,8), sino que se encuentra estancado, sin apenas variaciones en los últimos cinco años en los que viene realizándose este estudio.
Una de las razones de estos resultados, según explicó Jaime Kirkpatrick, CEO de la aseguradora, es la escasez de “hábitos de ahorro”. Concretamente, solo el 27% de los españoles -frente al 38% de la media internacional- asegura ahorrar de forma habitual para su jubilación. Por su parte, un 24% de los españoles reconoce que ahorra solo de vez en cuando y un 18% afirma que en la actualidad no ahorra, aunque sí ha podido hacerlo en el pasado. Por último, un 23% se considera ahorrador aspiracional, mientras que el 8% restante reconoce no haber ahorrado nunca y no tener intención de hacerlo.
Durante los últimos cinco años, el porcentaje de ahorradores habituales se ha mantenido constante, en la franja 26%-28%, excepto en 2013, que bajó a un 19%.
Respecto a las razones más habituales que valoran los españoles para empezar a ahorrar y planificar su jubilación destacan motivos que afectan a su vida personal (44%).
En cuanto a los factores que provocan que ese ahorro se materialice y se haga efectivo destaca un aumento de sueldo (43%), un entorno económico más estable (34%) o una política fiscal favorable para los productos de ahorro a largo plazo y planes de pensiones (24%).
Fomentar la cultura del ahorro e implicar a las empresas
Según comentó Kirkpatrick, citando una de las recomendaciones que se hace en el informe, “se debe educar en el ahorro en el ámbito de las familias”. Reconoció que, aunque los incentivos fiscales ayudan, “desde el sector asegurador debemos conseguir que la gente ahorre por buenas razones, para complementar las pensiones públicas, y no con una visión a corto plazo, pensado en reducir la carga impositiva”.
Además, añadió, en referencia a otra de las recomendaciones, “las empresas deben mejorar su implicación”. En dos aspectos, por un lado, en línea con lo anterior, tener un “discurso explicativo” del tema, acercándoselo a los trabajadores para que tomen conciencia y responsabilidad, antes de abordar la cuestión desde una perspectiva de producto. “Las empresas pueden y deben jugar un papel de mecenazgo fundamental a la hora de animar a sus trabajadores a ahorrar y planificar su jubilación”, remarca el directivo. “Es un lugar lógico para ir preparándola”, y añade: “El futuro es el de las empresas que se preocupan por sus trabajadores”.
Por otro, se anima a las empresas a que faciliten a los trabajadores seguir en activo laboral después de la edad de jubilación. Lo cierto es que la jubilación flexible comienza a posicionarse como una opción válida para cada vez más españoles: mientras que un 48% de los encuestados tiene planeado dejar de trabajar inmediatamente, una vez alcanzada su edad de jubilación, el 26% de los encuestados en España optaría por una jubilación flexible (compatibilizarían pensión de jubilación con trabajo a tiempo parcial), mientras que un 13% tiene previsto seguir trabajando activamente más allá de su edad de jubilación, con un horario laboral completo.
Reducir la dependencia del EstadoEl informe incide, además, en que nuestro país no contamos con planes alternativos ante los imprevistos. “Hay poca visión de contingencia”, apuntó Kirkpatrick. Solo una cuarta parte (23%) reconoce tener un “plan alternativo” (como ahorros, ayuda del cónyuge, pensión del gobierno o herencia) al que recurrir en el supuesto de que no puedan seguir trabajando antes de alcanzar su edad de jubilación. Además, como última de las conclusiones más destacadas del informe, se observa entre los españoles poca diversificación de cara su jubilación. Dependerán en gran medida de la financiación del Estado y calculan que este aportará el 64 % de sus ingresos cuando se jubilen (muy por encima de la media global del 46%). Esperan mucho menos de sus empresas que la media global (12% y 24%, respectivamente) y menos de su ahorro y sus inversiones propios que la media global (24% y 30%)”. “Está en nuestro tejado tratar de reducir nuestra dependencia del sistema público y apostar por fuentes alternativas con las que asegurar el bienestar y tranquilidad económica de nuestra jubilación. Aunque parece que las generaciones futuras van poco a poco interiorizando este hecho”, apuntaba el CEO de la aseguradora. Los españoles más jóvenes (grupos de edad de 20-29 y 30-39 años) esperan que menos ingresos procedan del gobierno (45% y 58%, respectivamente) y que más procedan de sus empresas (24% y 15%, respectivamente) y también de su ahorro y sus inversiones propios (31% y 27%, respectivamente). Finalmente, el informe recomienda un “asesoramiento profesional” para afrontar la preparación de la jubilación |