Según un análisis del comparador de seguros Acierto.com, la edad media de los automóviles que circulan por las carreteras de nuestro país se sitúa en 11,3 años y en torno al 50% suma más de diez años, de un total de 16,1 millones de vehículos (11,5 millones de ellos, turismos), conforme a los registros de la DGT. A todo ello, más del 20% del parque móvil español supera 15 años, y todo parece indicar que la situación no revertirá a corto plazo: se prevé que el 67% del parque automovilístico español supere la década de antigüedad en 2017, según Audatex.
Según expertos, el principal problema derivado de la obsolescencia del parque móvil español radica en el mayor índice de siniestralidad de los vehículos más antiguos. Los automóviles con más de 10 años tienen el doble de posibilidades de sufrir un accidente y los que superan los 14 años, el triple. Los principales motivos de este mayor índice de siniestralidad son la falta de sistemas de ayuda a la conducción, como ESP y ABS, además de un mayor riesgo de avería mientras se circula que pueda derivar en un accidente de tráfico.
Este balance, motivado por la coyuntura económica, tiene otro reflejo en el mantenimiento y cuidado de los vehículos, más costoso cuanto mayor es la antigüedad del automóvil. Tanto es así, que en los últimos años también ha aumentado el número de vehículos que circulan sin la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) en vigor. En concreto, según datos de la DGT, en torno al 6% de los vehículos en España no ha superado la ITV y, por tanto, circula fuera de la legalidad.
Riesgos en todos los sentidos
Junto a los riesgos de accidente por circular sin la ITV en vigor, se puede incrurrir en importantes conflictos con el seguro en caso de accidente. Sin los papeles en regla, está prohibido circular y por ello la aseguradora podría negarse a hacerse cargo de los daños propios en caso de accidente e, incluso, intentar repercutir al conductor los daños a terceros si se demuestra que el accidente se ha debido a fallos mecánicos que podrían haber sido detectados en una inspección.
Más alarmante aún es el número de automóviles que carece de cualquier tipo de seguro en España. Según los últimos datos publicados por la DGT, el parque nacional sumaba 31,2 millones de vehículos matriculados a finales de 2013, mientras que el Consorcio de Compensación de Seguros contaba con 28,6 millones de automóviles censados en el Fichero Informativo de Vehículos Asegurados (FIVA) en las mismas fechas, lo que arroja una cifra supeior a los 2,5 millones de vehículos sin ningún tipo de seguro que podrían estar circulando por las carreteras españolas.
Cabe recordar que en nuestro país el seguro de Responsabilidad Civil es obligatorio para todos los vehículos y, en consecuencia, circular sin él está prohibido. También es una temeridad, pues el conductor deberá responder él mismo por los daños que pueda provocar a terceros.
Nuevamente, la falta de recursos económicos se encuentra entre los principales motivos para explicar este alto índice de vehículos sin seguro. «Se observa un importante incremento en el censo de vehículos que carecen de póliza desde 2008, cuando la crisis comenzó a despuntar. La cifra actual es un 41% superior a la de hace 10 años», ha comentado Brüggemann.
Para tratar de paliar esta situación, las compañías de seguros destinan un 2% del valor de las primas de los conductores asegurados a cubrir los daños causados por quienes circulan sin seguro, porcentaje que va a parar a las arcas del Consorcio de Compensación de Seguros. De modo que, paradójicamente, quienes sí pagan su póliza cada año han de costear de forma indirecta los daños causados por aquellos que circulan sin seguro, si bien el Consorcio puede reclamar con posterioridad las cantidades a éstos.
La citada obsolescencia del parque móvil español también afecta a la modalidad de los seguros contratados, con una tendencia a la contratación de pólizas cada vez más básicas. Según datos recientes, la póliza que más se contrata para coches de más de 10 años es el terceros ampliado, con un 34,1% del total. En segundo lugar se sitúan las pólizas a terceros con lunas (30,9%), seguidas por los seguros a terceros sin coberturas adicionales (29,8%). Las pólizas a todo riesgo apenas alcanzan el 5,2%. En contraposición, los conductores de vehículos con menos de 10 años de antigüedad demandan seguros de coche a todo riesgo en el 41,9% de los casos y tan sólo un 12,2% opta por las pólizas a terceros básicas.